martes, 12 de abril de 2011

Capítulo 1





- Bomboncito de Miel – dijo totalmente convencida de ello.
- Bomboncito de Miel… ¿qué sugieres para esta noche? – preguntó con mirada lasciva. Estaba bastante claro lo que rondaba por su cabeza. Pero esa noche no, no iba a ser ella la que le diera el placer de tenerla en sus brazos.
- Propongo una cena en el mejor restaurante de la ciudad. Y… depende de lo que me apetezca después… - dijo rizándose uno de sus mechones de pelo. – Ya veremos.
- ¿Qué pasa bomboncito? ¿Ya no quieres nada conmigo? – su rostro cambió totalmente.
- No… simplemente quiero desconectar. Soy libre, por si no lo recuerdas. Bomboncito de miel nunca está atada a nadie.
- Vaya, pero has de reconocer, que lo hemos pasado muy bien esta noche ¿no?

Ahí el primer error que había cometido. Haberse quedado después de haberse acostado con él. Ya le habían roto el corazón en contadas ocasiones, y por eso se convirtió en “Bomboncito de Miel”. Alessia Anderson ya no sería nunca más Alessia Anderson. Tenía bien claro lo que quería. Bomboncito de miel sería la chica que ella jamás había sido. Un cambio radical en su vida. Su mejor amiga Conny la apoyaba en su pequeño proyecto.

Lo único que pudo hacer sin más fue despedirse de Alan hasta la noche, antes de que pusiera el grito en el cielo.

Alessia fue hasta su apartamento, en la otra punta de la ciudad. Quizá por ese detalle se había quedado la noche anterior en casa de Alan. Era bastante perezosa. Alessia trabajaba en una revista. Su sección siempre había sido la de cosméticos. Aunque a ella en realidad le encantaría poder escribir sobre lo que quisiera. Su jefa, Emilie, no era precisamente la mejor de las jefas. Le ponía pegas a todas y cada una de las palabras que redactaba, pero al final siempre acababa publicándole su artículo tal cual estaba al principio. Simplemente pensaba que a Emilie lo que le hacía falta era un buen hombre. Sí, definitivamente, ella también debería transformarse en otro “bomboncito de miel”. Desde lo que había experimentado como tal, Alessia estaba bastante contenta. Puesto que no le permitía a su corazón encapricharse con ningún hombre con el que estaba. Conny, al contrario que Alessia, estaba saliendo con un hombre desde hacía casi un año. Se llamaba Mark y parecía bastante tonto. A veces creía que Conny seguía con él simplemente para quitarse de encima a los borrachos que se le tiraban a la yugular cuando salían de fiesta las dos. Aunque no por ello se aguardaba de acostarse con alguno que otro. Como podéis ver, aparte de lo tonto que puede llegar a ser Mark, Conny siempre había sido y será otro “bomboncito de miel”.

En lo que a ella respectaba, acababa de salir de una relación de casi 5 meses. Jack trabajaba en otra revista y se conocieron por casualidad, cuando ella fue a hacer pruebas de maquillaje. El chico entrevistaba a la maquilladora profesional, mientras ella, simplemente observaba cómo aplicaba las bases, las tonalidades y apuntaba todo lo que podía en su bloc de notas. Días más tarde, Jack, la llamó a su casa. Al parecer había contactado con su empresa, y las secretarias, a pesar de tenerlo terminantemente prohibido, les habían dado su número de teléfono. Al principio pensó en decírselo al jefe y que las despidiera. Pero les tenía demasiado aprecio a las dos, como para hacer eso. Pasó los 5 mejores meses de toda su vida, pegada a Jack, hasta que éste decidió, que Alessia era una estrecha, y que prefería irse de putas, que acostarse con ella. Después de aquella noche, Alessia se enteró que Jack tenía trastornos mentales y le daban ataques de histeria.

“Pues en 5 meses los había disimulado muy bien”. Pensó ella. Después llamó a Conny y entre las dos decidieron que tenía que dar un cambio radical en su vida.

Cuando llegó a su apartamento, lo primero que hizo fue descolgar el teléfono. No quería llamadas ni de la empresa, ni de su familia. Se metió en la ducha y se repitió a si misma varias veces, que sería la última noche que quedaba con Alan. El tipo en sí no estaba nada mal, pero que nada más despertarse le suplicara quedar esa misma noche, le hacía cambiar un poco de idea. Todavía tenía todo el día por delante, y un artículo que escribir para entregar al día siguiente. Llamó a Conny al móvil, y quedaron para comer en casa de Alessia, y después ella se puso manos a la obra con su artículo del mes.

Un par de horas tardó en terminar el artículo sobre las sombras de ojos bien y mal aplicadas. Incluía sendas fotos, e inmediatamente, le mandó una copia a Emilie.

Después se puso manos a la obra, antes de que llegara Conny a comer. Decidió hacer pollo que tenía en el frigorífico, con unas patatas asadas. Aunque no era su especialidad, pero tenía que probar de todo. Encendió la televisión y dejó el canal que estaba puesto.

Al rato llegó Conny, bastante contenta y con una botella de vino en los brazos.

- Vaya, ¿hay celebración de algo en particular? – dijo Alessia.
- Bueno… sí. Mark me ha dejado.
- ¿Y eso es motivo de celebración? – preguntó ella sorprendida.
- Claro, vuelvo a ser otro “bomboncito de miel” más. – dijo con una sonrisa falsa.
- A mí tú no me engañas. Sé que estás mal aunque intentes ocultármelo. ¿Estoy en lo cierto?
- Sí, cabrona. Cómo me conoces.
- Sí, como si te hubiese parido. A ver, cuéntame.
- Pero primero abrimos la botella de vino, ¿vale?

Inmediatamente abrió la botella, sacó dos vasos del mueble y los llenó. Se lo bebió como si de un chupito se tratase y volvió a rellenar el vaso. Sí, se la veía bastante mal.

- Me acosté con un amigo suyo.
- ¿A quién se le ocurre?
- Me tendió una emboscada. – dijo derramando unas lágrimas. - Conocí a su amigo en el parking de mi casa. Se acercó sin más y pues, ya sabes como soy yo. Cuando fui esa noche a su casa, diciéndole a Mark que iba a ir contigo a cenar. Llegué a casa del amigo y ahí estaba. – Conny se lanzó a los brazos de Alessia. Aunque ella sabía que le estaba muy bien merecido lo que le había pasado. Pero no se lo diría ahora. Mejor cuando estuviera más calmada.

- Esta noche te quedas a dormir aquí, ¿vale?
- ¿Me vas a traer chocolate? – preguntó sin levantar la cabeza del hombro de Alessia.
- Claro, pero tengo que hacer primero una llamada.

Acababa de encontrar la excusa perfecta para librarse de Alan esa noche. Sonrió a Conny y la dejó en la cocina mientras rebuscaba su móvil en el bolso.

- ¿Dónde estabas anoche? Tenías el móvil apagado.
- Ah, ya. Con Alan.
- ¿Alan? ¿Has decidido salir con un chico?
- ¡Qué va! Pero es que vive muy lejos, y estaba cansada.
- ¡¿Te quedaste a dormir en su casa?!
- Sí, lo sé. E iba a salir con él esta noche también. Pero ahora tengo excusa. – dijo riéndose.

Conny sacó el pollo y las patatas del horno mientras Alessia le dejaba las cosas claras a Alan.

2 comentarios:

  1. tiene buena pinta, loca...
    pero que toston xDDD (es que tengo el modo Vago ON xD)
    pero ya enserio...escribes muy bien O.O

    besussss

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  2. Me encanta como escribes, en serio! está genial la historia que estás contando... Me he tenido que releer el primer capítulo para acordarme de todo bien... Voy a volver a leer el segundo y te comento más :)

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